Las primeras impresiones sonoras son extrañas, no son lo que se espera de un subwoofer. No suena a subwoofer. El resumen es que se integra en la música y completa lo que falta en ella.
La primera muestra de su potencial fue con un disco de samples de EBU. El bombo. Nunca había oído un bombo así en un equipo. Quizás por no haber oído un equipo que llegase a los 20 Hz. La primera impresión fue de sorpresa, decir ¿de dónde salen todos esos detalles que antes no conocía?. Poco a poco, en piezas orquestales bien grabadas se van mostrando más y más detalles, más sonidos de fondo y el nuevo rango añadido hace que las percusiones den la sensación de estar en un recinto mucho más amplio del que estamos. Sin él, nuestra memoria auditiva nos muestra lo nocivo que es acostrumbrarse a la reproducción en equipos y dejar de lado la escucha de instrumentos y sonidos reales, craso error. Lo que antes había sonado de manera impecable ahora suena a radio de bolsillo.
Desgraciadamente, en pocas grabaciones existe contenido musical por debajo de 40 Hz, recortar los graves es una técnica habitual de estudio y tiene como fin proteger a los altavoces de superar su excursión máxima o niveles de IMD inaceptables. Pero las hay, y es hora de descubrirlas. No tienen que ver con el estilo de la música, sino con la calidad de la grabación.
Es curioso como cambia la espacialidad. Una de las realidades de la reproducción es que para recrear el ambiente de la sala original el extremo agudo porta gran parte de esa información, que permite diferenciar si se grabó en un estudio insonorizado, al aire libre, en una sala de roca (catredrales, por ejemplo) o de madera. Pero no tenía nociones de que una percusión pudiese recrear el sonido ambiental de la sala, con todas sus reverberaciones y el tiempo que tarda en desaparecer el sonido. Esto da una sensación realista de la grandeza de un auditorio.
Quizás esto muestre el ingrato trabajo de la psicoacústica. Sonidos fuera del rango audible (mediante frecuencias puras) que crean sensaciones. ¿cómo trabajar con algo que sólo "te da una impresión"?¿quién puede afirmar o negar al 100% en esas condiciones?
Uno de mis sueños era conseguir reproducir el sonido de los bombos de semana santa. La tímbrica está, la dinámica aún le falta para ser sinceros, aún no se siente la onda expansiva que te remueve las tripas (que es parte del sonido), pero desde luego ha dado un paso de gigante. Quizás se deba más a que está fuera del rango en el que nuestro cuerpo "siente" las vibraciones. Según muchos experimentos, la frecuencia de resonancia humana está a frecuencias mayores de lo que pensamos, entre 80 y 150 Hz. Es una técnica aplicada en conciertos, da la sensación de "pegada".
En una explosión térmica el proceso normal es que se produzca una aspiración previa por la demanda de oxígeno, mayor o menor según la cantidad y tipo de exposivo, y luego se produce la onda expansiva. El aire caliente se expande a una velocidad cercana a la del sonido (340m/s) y el efecto Doppler crea un frente de onda con forma exponencial inversa... pero desde nuestro punto de vista, asimétrica, el aire caliente tarda en enfriarse demasiado como para oírlo, y regresa demasiado lento como para sentirlo, a diferencia del frente de onda. Nosotros sentimos el impacto al llegar a nosotros, pero no sentimos ni oímos cómo se reestablece la presión. Una triste realidad, primero por el hecho de que una mezquina parte de la población llamada terroristas, militares y políticos utilicen ésta tecnología para arrancar la vida a personas como tu. Segundo, y de forma completamente frívola, un equipo nunca podrá reproducir sensaciones festivas como las tracas y la opertura 1812.
Quedan por hacer mediciones. Suelo ser perezoso con las mediciones cuando los resultados son tan satisfactorios aunque en parte inesperados. Queda pendiente un análisis más exhaustivo de los resultados a nivel técnico.
Por lo pronto si que puedo asegurar excelentes resultados a nivel de estabilidad por el hecho de usar una caja sellada con comportamiento subamortiguado. El altavoz siempre permanece en el sitio y cuesta verle moverse. También la rigidez y masa de la caja producen buenos resultados. Es fácil ver moverse y vibrar cualquier objeto de la sala, pero el nivel de vibraciones de la caja es muy bajo.
Sobre las otras configuraciones, especialmente sobre paso banda y bass-reflex existe una mejora sustancial a nivel de tímbrica, no es ni mucho menos un sonido mono-nota como sucede en muchas ocasiones cuando se utilizan altavoces de rango reducido. Es capaz de añadir detalle a frecuencias en las que nuestro oído es muy poco sensible, posiblemente consecuencia de la respuesta temporal. El corte con una Q suave y una pendiente máxima de 18dB/oct contribuyen a ésto.
Realmente el trabajo del altavoz en este rango es duro, por lo que si no se posee un altavoz con un gran desplazamiento de volumen (Vd>0,6 litros 0-p), ni lo intente, recurra al rango habitual, y también si sus vecinos son quisquillosos porque me consta que las vibraciones pueden traspasar algún piso. Lo único bueno es que el nivel de realismo y presión difícilmente hacen pensar que las percusiones salen de un altavoz.
Supra Sub
Construcción del Supra Sub
Filtro del Supra Sub
Apéndice A
Apéndice B
Apéndice C
